Ciudad de México.- En el corazón de Mérida, la Ciudad Blanca, donde la historia colonial se funde con la vibrancia contemporánea, abre sus puertas Kahal: un hotel boutique que respira la esencia del arte de vivir yucateco. Ubicado en el emblemático Paseo Montejo —una avenida que evoca la elegancia parisina del siglo XIX— y a pocos pasos de las famosas Casas Gemelas, este refugio es mucho más que un alojamiento: es un puente entre el pasado precolombino y el lujo moderno.
Arquitectura en un hotel boutique con alma histórica
Inaugurado en 2024 tras un proceso de restauración de tres años supervisado por el INAH, el hotel boutique Kahal rinde homenaje a su legado colonial. La casona, protegida como patrimonio, conserva muros de mampostería, techos de doble altura que atrapan la frescura tropical y pisos de pasta restaurados con precisión. Detalles como el mármol travertino y la carpintería original conviven con premios de la Asociación de Arquitectos de México, testimonio de un diseño que equilibra tradición y modernidad.
Espacios que cuentan historias
Cada rincón de Kahal invita a la contemplación. El Porche, frente al Paseo Montejo, es ideal para disfrutar un café mientras se admira la arquitectura señorial. En el patio interior, las paredes de piedra caliza y el murmullo del agua crean un santuario de paz. La azotea, con jacuzzis y vistas al horizonte verde del Centro Histórico de Mérida, se convierte al atardecer en un escenario mágico donde el cielo se tiñe de tonos dorados. Y en la biblioteca-bar, libros como el Popol Vuh y cócteles artesanales —como el KAAB, con gin yucateco y miel de meliponas— invitan a explorar la cultura local.
Habitaciones con lujo artesanal
Las 12 suites de Kahal —Deluxe, Junior Suite, Master Suite con terraza y piscina privada— son un tributo a la artesanía yucateca. La madera de tzalam, trabajada por ebanistas locales, y los acabados de chukum —una resina ancestral— se combinan con textiles bordados y una paleta de colores neutros inspirados en el henequén. Las amenidades, elaboradas con ingredientes orgánicos y sostenibles, refuerzan el compromiso con el bienestar y el respeto al medio ambiente.
Sabores que honran la tierra
El restaurante de Kahal es un viaje gastronómico por Yucatán. Desde desayunos servidos hasta las 14:00 —como los emblemáticos huevos encamisados con salsa de frijol y chaya frita— hasta cenas con toques contemporáneos, cada plato celebra ingredientes locales. Destacan el hummus de semilla de calabaza y la tostada Oop con pollo en escabeche y salsa de naranja dulce. Para acompañar, la mixología innova con creaciones como el cóctel KAAB, mientras que las catas de mezcal y chocolate de Tabasco satisfacen a los paladares más exigentes.
Cultura y aventura a tu alcance
Kahal no solo aloja: inspira. La exposición fotográfica Mis recuerdos por Yucatán, con 38 imágenes de sitios como Izamal, Uxmal y el cenote Xocempich, incluye códigos QR que enlazan a relatos de viajes inolvidables. Para vivir la aventura en primera persona, el hotel ofrece tours personalizados a cenotes, zonas arqueológicas y haciendas históricas, así como masajes en la habitación y sesiones de yoga al aire libre.
¿Por qué Kahal es una gran opción?
Porque aquí, cada detalle —desde la piedra caliza del patio hasta los sabores de la cocina yucateca— te conecta con la esencia de la Península. Es un refugio para viajeros que buscan autenticidad, donde la palabra maya K’a’ajal “recordar y pertenecer” cobra vida en experiencias que perduran en la memoria.
Descubre Mérida con los sentidos despiertos
Kahal no es solo un hotel; es una puerta a la magia de Yucatán. Un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan para ofrecerte algo único: la sensación de estar en casa, incluso a miles de kilómetros de distancia.
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